La meta de lograr equilibrio entre vida y trabajo, antes que organizacional, es una meta comunicacional. Es necesario revisar lingüísticamente los vocablos que se usarán. ¿Por qué? Porque el trabajo de una persona también forma parte de su vida y la actividad laboral no debe separarse de ella. Si desde la semántica dividimos la vida del trabajo, generamos una fragmentación comunicacional que afecta al trabajador. La falta de Comunicación Interna Integrada, en este caso, puede sugerir que mientras se trabaja no se vive. Esto quiere decir que la reflexión inconsciente de un trabajador podría ser que “trabajar no es vivir”.