Muchas empresas dan vueltas alrededor de una visión muy acotada de comunicación interna. Dan vueltas como peces en una pequeña pecera. Intuyen una solución cercana pero se aferran a lo conocido. Quieren hacer un cambio pero no dan el salto.
De una playa vecina llegó la historia de un pececito que se animó a saltar desde una pecera similar.
Un primer grupo, los más escépticos, descreen totalmente la historia.
Un segundo grupo cree ciegamente en ella. Dicen que aquel pez era “especial”.
Un tercer grupo no dice nada. Solo entrena. Se prepara para tener, un día, un mar de ventajas.