
Si la palabra crea realidades, la palabra pensada crea la primera realidad. La crea dentro nuestro. Pero ¿cómo nacen nuestros primeros pensamientos y emociones? De palabras adultas. Nacen en nuestro hogar, de algunas mentiras piadosas o cuentos de hadas que cuenta mamá. Nacen en el colegio, de algunas verdades, verdades duras, que no parecen cuento.
“Soy el resultado de lo que una gran mujer hizo de mí”, afirmó Thomas Edison, al que echaron del colegio y educó su madre. Su historia demuestra cómo la palabra crea. Demuestra cómo una mamá, con una mentira, puede crear, de verdad, a un hombre.