Obra sin terminar
El relato tiene miles de años y trasciende la tradición oral. Está registrado en el Génesis 11 del Antiguo Testamento.
Los ingenieros de la Torre de Babel se habían propuesto una arquitectura cuya cúspide llegara al Cielo. Tenían todo para lograrlo: anhelos, recursos, obreros, decisión, ambición. También tenían los cálculos: dominaban el lenguaje de los números. Nada parecía detenerlos.
El final de la historia ya lo conocemos. No bastó la ambición perfecta, el anhelo fastuoso, el número exacto… Hacía falta la palabra. La palabra unánime. El lenguaje común.
Se dice que Babel deriva del verbo hebreo balbál que significa confundir.