
Todo líder alcanza objetivos superando desafíos institucionales. Pero a veces los desafíos son interpersonales o, peor aún, intrapersonales. Son invisibles. Entonces, para descubrirlos, acepta valientemente el “dolor” del desafío. Se guía por él. Un poeta diría: se guía por el olor del dolor transformándolo en amor. La Metodología 1A agrega: alcanzando resultados muy superiores al objetivo institucional.
El músico Fito Páez, en 1993, al olor del dolor lo llamó Perfume, y rompió un récord histórico de ventas. Todo su disco fue barro transformado en oro… caos hecho cosmos… Y, además, cantó su secreto: “Me hice fuerte ahí, donde nunca vi”.