RedINSIDE 37

Destacados especialistas económico financieros han debatido largamente sobre la crisis económica global desatada en 2009. Para describir futuros descensos o ascensos de los mercados, algunos talentosos “hombres de números” resumieron sus pronósticos de una manera peculiar: con “letras”.

Durante el debate, ciertos expertos aseguraron que la crisis era una “U”, porque luego de la caída, la recuperación sería lenta. Otros, más pesimistas, le dieron forma de “L”, afirmando que la crisis se mantendría por largo rato. En una postura intermedia se ubicaron quienes le dieron forma de “W”, augurando descensos y ascensos sucesivos antes de una recuperación definitiva. Finalmente estuvieron los que prometieron una optimista “V” en la que después de la caída sobrevendría una recuperación veloz. Más allá de los pronósticos, y aún cuando no sepamos con certeza cuál será la “letra” de una crisis futura, siempre podremos mirar la experiencia del pasado y proponernos un accionar certero en el presente. Quizás con el correr de los años 2009 sea recordado mundialmente como un año muy crítico. Es cierto. Pero eso no será del todo malo, decimos los especialistas de comunicación interna, recordando la etimología de la palabra. Crítico, el que juzga, el que posee juicio, el que desarrolla criterio. Ya en otros artículos hemos destacado los importantes avances que ha logrado nuestra especialidad al enfrentarse con voluntad e inteligencia a situaciones coyunturales inesperadas. El “Tequila” en México que conmovió a tantos países, el efecto “Tango” que se expandió por Sudamérica a partir del “Corralito” de Argentina, la crisis asiática que repercutió tan fuertemente en Chile, son ejemplos regionales en los que la comunicación interna se abrió paso hacia lugares estratégicos, asesorando a directivos y presidentes, como nunca antes.

El diccionario de nuestra lengua, en su 22.a edición, afirma que un punto crítico es “el momento exacto en que ocurre algo o es preciso hacer algo”. Hoy sabemos que 2009 fue el año en el que “ocurrió algo”. Pero mejor aún será recordarlo como el momento en el que comenzamos a “hacer algo”. El año en el que pusimos a prueba toda nuestra inteligencia y revertimos la adversidad. En rigor, inteligencia es la adaptación precisa a una situación nueva. A lo largo de la historia, la humanidad se ha valido muchas veces del crisol de las crisis para crecer y desarrollarse. En medio de las situaciones más inesperadas, haciendo uso de la inteligencia y del esfuerzo sostenido, emergió triunfante. Pero para eso, además de inteligencia, necesitó una fuerte voluntad. Palabra que (¿casualmente?) se escribe con la misma “V” de recuperación veloz.

Manuel Tessi

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