Un mensaje inspirador
En Comunicación Interna, antes que insistir en convencer a los trabajadores, es más efectivo motivarlos. Inspirarlos. Quizás por eso, cuando aparece una publicidad inspiradora -es decir, que no subestima nuestra inteligencia para convencernos a comprar- los comunicadores internos agradecemos.
Por ejemplo, si un comercial motiva a andar en bicicleta y a evitar la polución que generan tantos automóviles, agradecemos. Pero agradecemos más -mucho más-cuando ese comercial es de una marca de automóviles.
Así, esta publicidad pareciera hecha por un comunicador interno. Su feliz slogan fue robado del confucionismo: “Cuando conduzcas, conduce”. Cuya feliz traducción, entre colegas, sería: “Cuando comuniques, comunica”.