Lo más alto de nuestra profesión

CIC: Consultor Interno de Comunicación
La noche antes de llegar a Montevideo, ciudad donde se celebraría el II Encuentro Anual de Comunicación Interna de Uruguay, vi un documental titulado Man on wire (hombre sobre un cable) que realmente me conmovió. Tal fue la impresión que me causó aquel filme que no pude evitar tomar esa historia como metáfora para comenzar la charla con los colegas uruguayos. La valentía que expresa el documental es realmente muy inspiradora.

La historia tiene como protagonista a Philippe Petit, un funámbulo francés que amaba caminar por una cuerda. Equilibrista, mimo y mago en la década de los ‘60s, Petit fue uno de los primeros juglares callejeros modernos de París. A lo largo de su carrera se planteó varios desafíos, cada vez de mayor dificultad. Luego de caminar por un cable sobre las cúpulas de Notre Dame y sobre el espacio que va desde el Palaise de Chaillot a la torre Eiffel, extendió su desafiante sueño hacia otros países. Caminó por una cuerda en el Superdome de Lousiana, en los Estados Unidos y sobre el puente del puerto de Sidney, en Australia. Pero eso no le bastó. Cuando todos creían que había alcanzado sus máximos logros se propuso una meta aún más alta: cruzar las torres gemelas del World Trade Center de NY. Philippe Petit comenzó a planear secretamente este desafío cuando las torres recién comenzaran a construirse. El documental relata los detalles previos de aquella empresa y demuestra claramente que Petit no era tan “petit”. Realizó un trabajo gigante, que le tomó seis años de preparación, mucho esfuerzo y dinero, para el cual tuvo que reclutar (y convencer) a las personas que conformaron el equipo de apoyo. Ese clandestino proyecto fue bautizado por Philippe con el nombre de “World Trade Center Association” y, para cumplir su secreto objetivo, trabajaron sin descanso en un alejado lugar de la campiña francesa, viajando varias veces a New York antes del intento.

¿Cómo puede saber un profesional de comunicación interna cuándo ha alcanzado la mayor altura profesional en su especialidad? ¿Cómo pueden ejemplificarse brevemente los muchos desafíos y escollos que superan nuestros colegas a lo largo de su carrera antes de convertirse en Consultores Internos de Comunicación (CIC)? ¿Cómo podría definirse sintéticamente lo que las organizaciones y sus trabajadores esperan de ese asesor interno? Estas eran algunas de las preguntas que surgían en el encuentro de comunicación de Montevideo. Las buenas experiencias de campo, matizadas con la historia de Philippe, ayudaron a responderlas.
Luego de un intento fallido en el que casi es descubierto por la policía neoyorquina, el equipo debió volver a Francia. Regresó un año después, en 1974, con fuerzas renovadas. Se hospedaron en las cercanía del WTC y a los pocos días ingresaron a las Twin Towers llevando el cable de acero, los equipos y las herramientas complementarias. Iban disfrazados de trabajadores de la construcción, para burlar numerosos controles de seguridad durante el ascenso. Luego de pernoctar escondidos, a pocos escalones de la azotea, llegó el momento. El 7 de agosto de 1974 a las 7:15 am Philippe dio sus primeros pasos por aquel cable, mientras sus compañeros lo filmaban ocultos desde la terraza. Lo hizo ocho veces en esa misma mañana, de ida y vuelta, e incluso en una de esas rondas bailó y hasta se acostó sobre el cable, ante la mirada azorada de cientos de ciudadanos. Decenas de policías en las calles, en las azoteas y en el aire con helicópteros le ordenaban por alta voces que bajara. Cuando finalmente lo hizo, él y todo su equipo fue arrestado. La policía, provocada por sus mofas mientras caminaba sobre el cable, esposó a Philippe y lo empujó escaleras abajo; algo que él posteriormente describiría como “la parte más arriesgada de la acrobacia”.
Un profesional de comunicación interna, después de meses o años de actualizar las carteleras, redactar la revista interna, inaugurar y sostener la intranet y lanzar campañas, asciende hacia otros escalones. Se propone gestionar, además de la palabra escrita, planes de comunicación presenciales, gestionando la palabra oral. A continuación, sin dejar estas tareas, se desafía a seguir estudiando y actualizándose en metodologías de comunicación interna. Con el tiempo comienza a medir su accionar con métricas basadas en los modelos incorporados en clínicas profesionales, hasta implementar diagnósticos integrados, donde mide ya no sólo su accionar sino también la comunicación interna que generan todos los actores organizacionales. Lo hace con indicadores asociados al negocio que luego le otorgan la posibilidad de medir ROI[1] en algunas de sus acciones. Pero una vez que llega ahí tampoco se detiene. Se desafía a seguir ascendiendo hasta otro escalón: la oferta de capacitación para directivos, gerentes y jefes, con seminarios y talleres específicos de comunicación interna. Alcanzada esa altura, donde aporta herramientas de comunicación a todos los roles de conducción, sigue ascendiendo para ofrecer talleres de comunicación para los colaboradores de línea, intentando lograr un “imposible”: forjar el Departamento de Comunicación Interna más grande que pudiera ser imaginado. Aquel que está conformado por todos los integrantes de la organización.
Como Philippe Petit, el CIC pasa por varias contingencias a través de los años y muchas, muchísimas veces, se cae al intentar esos ascensos. Pero también sabe que esas caídas son parte del entrenamiento y que levantarse es la clave del aprendizaje. En numerosos casos encontrará que la propia organización, los directivos o los mismos colaboradores se resisten a que la comunicación interna les brinde estas herramientas que en verdad los hace mucho más efectivos individualmente, mucho más coordinados como equipo, mucho más rentables como empresa, además de asegurarles un mejor clima laboral. Sin embargo esos son algunos de los “controles de seguridad” que debe sortear el comunicador que quiere llegar a lo más alto. Pero incluso si “la policía” detuviera a ese comunicador, como le sucedió al funámbulo francés, sería bueno recordar que, 40 años después, la historia de Petit sigue vigente en un documental que ya recibió el Oscar.

Contar los metros de altura en los que Philippe quería desafiarse debe haber sido desmotivador para sus compañeros de equipo. Tomar consciencia de todos los escalones que debe subir un asesor interno de comunicación puede amedrentar. Pero la inspiración y la vocación pueden ayudar. También puede inspirar el testimonio de aquellos colegas que ya han llegado a ese lugar dentro de sus organizaciones. Muchos de ellos afirman que vale la pena la batalla. Es emocionante ver que se les contrata más para “hablar” (rol consultivo) que para “hacer” (rol operativo). La organización busca y valora su palabra.
Puede que a veces llegar hasta allí nos parezca imposible, es por eso que creo, como creí en Uruguay, que el ejemplo de Philippe puede ayudarnos. La primera parte del documental muestra a los protagonistas forjando el plan. Están sentados alrededor de una gran mesa, con mapas, notas y maquetas de las torres. Luego de analizar todas las variables coinciden en que el objetivo es “humanamente imposible”, a lo Philipe responde: “excelente, entonces empecemos a trabajar”.
Manuel Tessi
© 2012
[1]ROI: Return On Investment. Vocablo anglosajón que expresa el porcentaje de retorno económico de la inversión realizada, en este caso en Comunicación Interna.