Una obra maestra de quince centavos
Y un día Chaplin habló. Dijo: “fifteen cents, please”. Fue rodando El Gran Dictador, cuando la vertiginosa tecnología le demostró que se había equivocado. El sonido llegó al cine al poco tiempo de que Chaplin afirmara que las películas sonoras serían el fin del cine. Entonces tuvo que rodar incluyendo música y decir sus primeras palabras en la pantalla grande. Pero un genio puede ser genial hasta para admitir un error. Antes de hablar con su voz, habló con su cuerpo. Y con esta inmortal escena, nos enseñó que la elocuencia, antes que en las palabras, está en los actos.